¿De qué estamos hechos?

"De las decisiones que tomamos" repararían muchas-o casi todas- las personas que lean este texto. Otras (con diferente enfoque) contestarían de una manera más científica -23 pares de cromosomas, o cosas por el estilo. Yo considero que estamos hechos de muchas cosas más. Estamos hechos de los suspiros de alivio luego de esperar una respuesta angustiante con muchas ansias. De los atardeceres de noviembre y abril. De los cuentos que solíamos escuchar de pequeños o de las novelas que analizamos de grandes. De las personas que nos amaron, y amamos. De gente que vivió lo suficiente para dejarnos algo pero murió antes de tiempo. De los apretones de dedo que dan las minúsculas manos de los bebés. De los poemas de Bécquer y los cuentos de Borges y Cortázar. De las ideas de Platón y Sócrates, de las vías de San Agustín. De las fotos que nos dejan sentimientos inexplicables. De los frenesís de aventuras secretas, de la increíble sensación de sentirse amado de regreso. De las risas que terminan en dolores de estómago. De la embriaguez que produce un buen vino. De los ojos que podríamos distinguir en cualquier lado. De las sonrisas que jamás olvidaríamos. De los consejos de los ancestros. De las enseñanzas de las abuelas. Estamos hechos de momentos efímeros que se cuelan en las venas y nos introducen sentimientos eternos, que se pueden revivir una y otra vez rebuscando en la memoria, tal vez en alguna tarde de domingo. De personas y momentos; de eso estamos hechos.